Hace un año se realizó en Cineteca Nacional la primera edición de Masacre en Xoco, jornada en la que se reverenció a uno de los géneros más socorridos en el cine: el horror. El interés del público por este género no es una exageración: los festivales Macabro y Mórbido demuestran la existencia de una escena especializada en México, así como el crecimiento en el número de sus espectadores. Sin embargo, al tratarse de una muestra que surge en una cineteca, nos encontramos con una situación privilegiada: la programación se realiza a partir de su acervo. Es así que Masacre en Xoco complementa los esfuerzos de los festivales mencionados —cuya programación reúne principalmente las recientes propuestas mundiales— al centrar su mirada y esfuerzos en programar clásicos del género en sus formatos originales de 35mm. Es común que en estos tiempos de tecnología a los espectadores no les importe demasiado si los filmes se proyectan en 35mm o en DVD; si los ven en la pantalla de cine, televisión u o